31 ene 2017

Okatsu The Fugitive

Título OriginalYôen dokufu-den: Okatsu kyôjô tabi
aka: yoen dokufuden: okatsu kyojo tabi
aka: Okatsu, the fugitive
Japón, 1969, Nobuo Nakagawa





















# El viento sopla... #

# Un bandido sopla en el viento... #

# Ella proviene del infierno... #

# Ella es Okatsu la Asesina... #

# Dónde el viento sopla... #

# Ella irá... #


Tercera y última entrega de la trilogía perpetrada en 1968 por Yoshihiro Ishikawa, “Legends of the Poisonous Seductress”. Vuelve a sentarse tras las cámaras un anciano Nobuo Nakagawa para dirigir en el mismo año de 1969 otra aventura de la joven samurái Okatsu. Con el mismo nombre e interpretada por la misma y atractiva actriz, Junko Miyazono, el director nos deleita con otra andanza propia de una femme fatale: vengar la muerte de sus padres a manos de los esbirros de un corruptor mercader y demás compinches. Pronto se dará cuenta Okatsu que todos aquellos en los que creía poder confiar le traicionan en pos de ser recompensados de alguna forma (económicamente) por el cabeza del clan Numata, o en otras palabras, el amigo del mercader de tabaco ilegal.

La idea de una venganza no se hace esperar dentro del guión, bastan apenas 20 minutos para ponernos en situación, presentando a los personajes principales, y el origen de dicha vendetta. En cuanto a la propia historia en sí no es nada del otro mundo. Forma parte del cineasta a la hora de crear películas como en la anterior entrega de la trilogía, “Quick-Draw Okatsu” o en su Black and White “The Ceiling at Utsunomiya”. No obstante la originalidad y efusividad a la hora de recrear esa venganza no pasa de moda dentro del cine del autor, haciendo de entretenimiento para ese público acérrimo a este tipo de producciones. Y es así, el film será etiquetado de “Acción”, “Aventuras”, “Drama” correcta y acertadamente; mas también contiene generosas escenas de humor sano. Recalco lo de sano porque es aquel que tras 40 años de antigüedad como es nuestro caso, no se vuelve tosco o absurdo, es aquel que te consigue sacar una sonrisa o una carcajada tonta, esto se llama calidad. 

Otro palo interesante que tiene Okatsu, the fugitive son los efectos especiales. Asombrosos, preciosos, de esos que enamoran por la nostalgia. Dicho para aquellos con varios años en el cuerpo porque a los jóvenes como yo del nuevo milenio nos tendría que asquear pensando “pero mira que viejo se ve todo”. ¡Quien quiere un CGI o un ordenador de por medio cuando con pocos recursos y mucha imaginación puedo crear algo bello y que traspase décadas! Seguramente soy un atrasado en el tiempo pero ese atrezzo o esa escenografía me cautivó. Me tiene enamorado ese fondo negro que simula la oscuridad en la cima de una montaña (también indicando que es una escena violenta y/o fuerte, doble significado) o ese montaje de la lluvia que claramente es artificial hecha con una manguera pero que como queda tan creíble y se esfuerza tanto por ser real saca una sonrisilla. No me considero un tiquismiquis, pero aprecio los pequeños y a primera vista, insignificantes detalles que componen un marco común. 

Mismamente de aquí podría saltar al diálogo o las actuaciones que, quitando el ya conocido hecho de la calidad que expira el terreno japonés antiguo en este campo, se fusiona con lo comentado en el párrafo anterior, dejando como resultado una obra preciosista. Cierto es que para ser una película de venganzas en nuestros tiempos actuales y acostumbrados a otras cosas que hemos visto…bueno, digamos que se quedaría obsoleta cuanto menos pero para estar hecha a finales de los 60 iba a la moda.

Un aplauso final para el señor Koichi Kawabe, compositor de la banda sonora del film. Una estrella que tanto la música ambiental como la propia dedicada a Okatsu (que son dos tracks especiales) sabe realzar y darle un toque extra a cada escena.

Les animo a verla

 


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