Llamada perdida: American version [el remake]
Era inevitable, indiscutible y predecible que otra vez más lo harían, sí señor, nunca se cansan. Son muy persistentes.
Si alguna cualidad hay que sacarle a EE.UU es su egocéntrica y ambiciosa voluntad de pasar por su prensa hidráulica cinematográfica todas y cada una de esas producciones extranjeras que han conseguido éxito.
Son incansables, parece que hasta que no tienen un producto a su medida y con su denominación de origen no están satisfechos y tranquilos.
Claro está que hay ocasiones en las que les sale bien o, si se esmeran, les puede salir una verdadera maravilla. Pero con los remakes yankis sucede lo mismo que la cocina, como te pases con algún ingrediente en exceso o si te olvidas de hacer algo, el plato sabrá mal y lo rechazarás.
Nos ubicamos en el 2008, año donde la palabra ¨remake¨ es ya bien conocida aunque tampoco es un ¨blockbuster¨, y un director ¨solo conocido por una película¨ fue el encargado de remasterizar un metraje de culto del kaigan eiga: Llamada Perdida, de Takashi Miike.
Si bien a mí el filme de Miike no me pareció un peliculón ni mucho menos, logró entretenerme y encandilarme lo suficiente; objeto invisible en esta nueva versión.
Este película resulta una copia mala, pedorra, aburrida y repulsivamente detestable de la original.
Cuando asisto al visionado de un remake, una de las cosas en las que me suelo fijar (y que a mi parecer es de lo más importante) es su trama y la manera en la que se desarrolla, observando posibles guiños a la original (Pulse), notando si es una copia palmo a palmo de la original (Funny Games) o bien si es una onda totalmente distinta pero que funciona (Mirrors).
La cinta me recuerda a cómo fue dirigido el remake de ¨Pulse¨, al más estilo universitaro-americano pero en diferencia aquí nos encontramos con una opción muy descafeinada y para nada aterradora como la de Takashi. La historia sigue un camino lleno de muchas no, muchísimas coincidencias apiladas una encima de otra donde sobrepasa el absurdo y nos expone un cuento inverosímil e imposible (esto es totalmente al revés en la visión del director japonés, donde la historia estaba contada de una forma en la que podría pasar tranquilamente en la vida real).
Otro tema de estudio en remakes son los actores y sus personajes.
¿Funcionaban en la versión del 2005? Sí
¿Funcionan en la nueva versión? No
Entre las malas actuaciones y la peupérrima calidad de los personajes en una insostenible trama es inevitable que no se salven y así es, no me resultaron para nada carismáticos ni me importaron lo más mínimo.
Factor suspense-terror, ¿qué tal se le da a los americanos?
Pues la verdad es que cerca del cumpleaños de la primera década del 2000, el ingrediente ¨screamer¨ estaba aflorando y siendo utilizado, pero no molestaba, sino que cumplía más o menos bien su cometido, asustar. ¿Entonces? Sí, tengo que reconocer que me he llevado 2 repullos en todo el metraje, pero ni momentos de tensión, ni situaciones incómodas, ni nada más ya que todo resulta PREDECIBLE. Cada vez que un ¨monstruo¨ va a asustar a una protagonista, se huele la atmósfera desde la distancia perdiendo así, la esencia. Tengo que admitir queme resultó chistosa la manera en la que se reflejan a los espíritus en la película, esto es otro clarísimo ejemplo de cómo al intentar plagiar un J-Horror se fracasa).
Lo mejor: los efectos especiales, logrados.
Lo peor: la manera de intentar imitar el terror asiático.
Un 3, no merece la pena. Esta película provoca involuntariamente que la original parezca una obra maestra insuperable.
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