¡¡Contiene spoilers!!
Después de mi pequeña decepción con ¨Llamada Perdida¨ me lancé a la segunda parte para ver si las cosas mejoraban o cómo otro director se las apañaba con una secuela, ¿el resultado? un película que se pierde en otros derroteros más ha gusto de Tsukamoto que la idea de Miike.
De por sí decir que a mí la primera parte no me fascinó ni me pareció tampoco una obra maestra del 7º arte, pero me entretuvo un ratillo. Ésta nueva entrega por poco hace que me duerma.
La película empieza como una especie de investigación policial con un sobre protagonismo del incrédulo detective de la primera parte (Renji Ishibashi) para terminar como una patética película de ¨terror¨ o persecuciones por cuevas.
Con unos estúpidos diálogos sin ningún propósito y una innecesaria y liosa trama, esta secuela toma algunos elementos de Llamada Perdida 1 y los acomoda a una historia que viene de antaño pero que en verdad no tiene nada que ver con las llamadas ni te dan una explicación lógica o contundente de cómo una niñita de 5 años puede desenterrar la melodía maldita y provocar muertes.
Por si faltaba poco y a modo de cliché, se introducen las típicas historias personales de algunos personajes con las que se pretende dar una especie de redención a algunos actos que tuvieron en el pasado y que de alguna forma, NOSOTROS tenemos que hilar con la maldición de la niña del pozo.
¿Te has perdido? Es normal, porque este filme es especialista en eso, y no es porque haya que prestarle una especial atención por lo inteligente que sea su trama, sino por lo revuelta que nos la dan.
Hay mejores métodos de exponer una trama confusa (kairo) y después está ¨El Pozo¨ que te lo revuelve mejor que una sopa.
Actuaciones un tanto sobre-actuadas y momentos irrisorios como la presentación de la propia niña-boca sellada terminan por rematar una película innecesaria y precipitada.
Cinta de la que al día siguiente te has olvidado enseguida, un 4.
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