¡¡Contiene spoilers!!
Para entender BIEN este film no basta con verlo una sola vez, sino, al menos, haberla visionado un par de veces y haber leído críticas y entrevistas al propio director. Y es que este film no es de terror en estado puro, sino en cierta medida consiste en una crítica a la tecnología, a su avance y expansión, allá por los comienzos del siglo XXI, cuando la palabra ¨Internet¨ era sinónimo de ¨raro¨.
Otro precepto que debemos tener en cuenta a la hora de ver CUALQUIER PELÍCULA DE TERROR ASIÁTICA, es su duración. Extraña es aquella que no dure dos horas, y esto, señores y señoras es marca de la casa. Hay que respetarlo y asimilarlo, ya que si no, el filme se te transforma en un ladrillo intragable y esperando que salgan los créditos.
Cine asiático=paciencia.
El cine oriental se caracteriza por tomarse su tiempo, pararse en los detalles, mostrarte y no a la vez de qué va la historia y qué es lo que está pasando; aterrorizarte de una forma lenta y escalofriante o, en algunos casos, usar el miedo psicológico.
Entonces, ¿qué es ¨Kairo¨(Pulse)? Pues es una cinta con dos historias separadas pero con una trama en común que terminan uniéndose y revelándote (mediante hechos y situaciones) un mundo pre-apocalíptico fuera de cualquier tópico antes visto en el cine.
En 2001 (o unos años antes, sino) la era de la informática experimentaba un BOOOM nunca antes visto. El poder comunicarse con cualquier persona del mundo en tiempo real y a cualquier hora era extraordinario, al igual que un sinfín de ventajas que traerían los ordenadores; mas....¿es todo beneficios?
En este metraje el director, con esa idea, la transformó en su parte más ¨oscura¨: el Internet como puerta de entrada a los espíritus que se llevan consigo a almas solitarias. Y es que como se menciona en el filme, las tecnologías podrían des-socializar al ser humano de sus iguales, borrando la comunicación directa y sustituyéndola por los nuevos avances prometedores de las computadoras.
Hay que reconocer que la trama, ¨de pillar al vuelo¨ no es, y eso es el fuerte de la peli. Hace que te pares a pensar y reflexionar sobre lo que has visto. ¿Es liosa? ¿No te enteras de un carajo? Sí y no, depende de cómo te la tomes.
La fotografía es algo curiosa, sobretodo el tema de los enfoques es algo que sorprende de entrada: son muy simples y algunos de ellos son reciclados de otras escenas.
¿Es esto algo negativo? A mí parecer no, ya que te muestran de una forma sencilla la acción sin muchas complicaciones y hay ocasiones, en las que, te muestran más de lo que a simple vista denotan.
Las actuaciones están correctas, ni soberbias ni pésimas, sino algo normal. Es cierto que hay momentos de ¨automatismos¨ en los actores que podrían haber desarrollado ciertas escenas con algo más de brío pero esto se le puede perdonar, ya que no molesta ni se convierte en algo incómodo.
Otro campo a rescatar y comentar es la banda sonora. No es una obra maestra y aunque se vuelva repetitiva a veces, no importa. Transmite lo que debe transmitir, terror y opresión en los momentos adecuados.
Pero lo más importante de una película de terror (a parte de su historia y demás) es que logre su finalidad, que es, transmitir miedo e inseguridad al espectador, y esta película lo logra muy bien.
Usa sus planos lentos y relajados para mostrarte escenas terroríficas que llegan a producir escalofríos e inseguridad. Un buen ejemplo de cómo hacer buen terror.
Película muy recomendable, 8/10
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