Ju-On: The Final Chapter

Ju-On: The Final (2015). Dir: Masayuki Ochiai



















¡¡Contiene spoilers!!


Ju-On: La Vergüenza Final

Al año siguiente de la aberración bíblica de “Ju-On: The Beginning of the End” Ochiai feat. Taka Ichise se pusieron con la que se supone que es la última parte de la saga “Ju-On”, pero claaarooo si algo nos enseñaron pelis como “Viernes 13”, “Los Chicos del Maíz”, “Halloween” o “Pesadilla en Elm Street” es que por mucho que llames “el capítulo final” a una entrega de una saga no va a ser la última parte ni de lejos. Que para eso están las productoras.

Tengo que reconocer que vi el mojón este, perdón…”película” con las mismas expectativas que de aprobar de a una física en la carrera y bueno, por lo menos no es tan blasfemia como su primera parte, algo es algo. Resulta más interesante en ciertos puntos pero intrínsecamente es lo mismo, una mierda en llamas.

La historia se divide en tres pequeñas historias batidas entre sí y que de a golpe y porrazo van saltando cuando les viene en gana. Aunque se pueda diferencia entre “pasado”, “presente” y “futuro” se desarrolla dentro de un marco que a priori puede llegar a perderte pero en verdad es muy chorra, ya que la cinta te expone muy explícitamente las cosas como si fueras un retarder. ¿Y la narrativa de Shimizu? Menos mal que se desentendió de estas dos obras…

El eje central radica en el personaje de Toshio, el cual y al igual que en The Beginning resulta un producto demoníaco “parido” por una loca er coño obsesionada con tener a toda costa el niño que su marido no pudo proporcionarle. Para ello se pilla un cuaderno y mediante repetir una y otra vez “niño” escrito en forma de espiral ¡zasca! Deseo cumplido! Toma ya. ¿Cuál es la finalidad de que las víctimas emulen la espiral maldita ésta? Me parece absurdo y hasta desprestigiar al verdadero pavor que daba el diario en el kaidan eiga primigenio.
    
Kayako en una de sus majestuosas interpretaciones promocionando la batamanta

Por otra parte me da la sensación de que el equipo no entendió muy bien los filmes de Shimizu, puesto que les dan una doble representación a los FANTASMAS de Kayako y Toshio (recordemos que Takeo no pinta nada, está de adorno para cuatro tomas y ya está) confinándoles cuerpos humanos del que el espíritu marvado de Toshio kun puede salir cada vez que le de la gana dejando a su recipiente en una especie de “stand-by”.
Me chocó muchísimo que Kayako aparezca aquí más como una depredadora que en su rol de fantasma vengativo, sí, estoy pensando en la escena esa donde madre e hija se atrincheran en el salón de la casa y evitan que entre Kayako apuntalando muebles en las puertas y ventanas. Pero… ¿la casa no está embrujada? ¿No la utilizan Kayako y Toshio a modo de juego? ¿Qué les impide entrar por el techo de esa habitación y cargarse a esas dos inútiles? Por cierto, el momento “guantá con mano abierta” es lo mejor de los 90 minutos.

Otra cosa que odio es la puta sinfonía que le han puesto a Toshio, ya te avisa de que te va a venir el niño este por algún lado por lo que el factor “sorpresa” se vuelve a perder. Esto no es lo malo, sino que como he comentado al principio es el politono en cuestión, resulta extremadamente CANSINO.

A callar niña!
Siguiendo con los personajes seguimos disfrutando de colegialas buenísimas tirando por la borda una desaprovechada relación “personaje-maldición” tan llevada a cabo en las originales. En esas notabas que los personajes servían para algo, te era real lo que hacían y te interesabas por ellos, mientras que estos son mera carne de cañón. No hay una compenetración entre el actor y su papel, y ya ni hablemos de su intervención dentro del guión. De hecho tengo que admitir que el único protagonista que me gustó y del cuál se puede hablar bien objetivamente es “Sota” el novio de la hermana profesora. Se mete en su papel muy bien ofreciendo alguna que otra escena memorable y la película nos hace saber desde su primera aparición que este tío “sabe algo más”. Lastimosamente NUNCA nos lo explican, no nos dicen por qué Sota supo que el diario no se podía leer ni por qué tenía ciertas aptitudes, te pasas todo el rato esperando respuestas que nunca llegan para que al final se lo carguen. Manda huevos.

Personalmente me pareció una obra hecha sin amor y deprisa y corriendo metiendo estupideces de por medio como demoler la casa…Por no hablar de lo espesa que resulta para su moderada duración.



Punto y final, 3/10.

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