¡¡Contiene spoilers!!
Destino Final es una de mis sagas favoritas de terror junto con Saw y es que hasta con una quinta entrega, la saga se mantiene fresca y no para de innovar.
Cuando te vas a ver una película de Destino Final no puedes buscar originalidad en cuanto a guión (objeto de crítica por aquellos que no les gusta esta/s película/s) ¡y es que es absurdo pedirle un guión original! Es una saga que se ha especializado en un género nunca antes hecho: mostrarte un slasher en el que el psicokiller es la muerte, pero sin materializarse, resumiéndose todo en los desagradables finales de los protagonistas.
Por tanto, la originalidad hay que buscarla en otros aspectos como la brutalidad de las muertes, los efectos especiales, etc.
El fuerte de estas cintas es la innovación en las muertes y los efectos especiales empleados en ellas, ambas cosas de la mano.
Toda nueva entrega parte de una masacre inicial y en este caso es la del puente. Esta escena es brutal, asquerosa y fantásticamente repulsiva. Lo mismo para las demás. Ahora bien, los efectos especiales cojean, y eso es palpable. Unos CGI en la sangre que no sabes si es rosa o una tonalidad del rojo un poco extraña.
Y es que el uso de estos efectos especiales por computadora le restan muchísimo realismo a las muertes, pero aún así mantienen su repulsión y mal rollo (cosas que aún vista por segunda vez, me han seguido dando malestar).
Las actuaciones y la banda sonora están bien, no podemos decir que sean majestuosas ni pésimas, sino simplemente hacen bien su cometido.
El final es de lo mejor de la película y es que se ha sabido hilar a la perfección todos los acontecimientos para cerrar magistralmente la saga.
A parte de los ya comentados ¨fallos en los efectos especiales¨, odio cuando en una película se abusa del ¨infodumping¨, o sea, que te explican algunas cosas como si fueras un bebé.
Esto es visible cuando ¨Bludworth¨ (Tony Todd) les explica el tema de las muertes y cómo pueden librarse de ellas, etc. ¡Esto no debería haber salido! Y es que una cosa buena en los argumentos de estas cintas es que los propios protagonistas son los que razonan a cerca de las muertes y sacan las conclusiones de que van muriendo uno a uno, como evitarlas, averiguar que lo que les está pasando a ellos ya les pasó a otros... Esa charla que les relata el forense es totalmente innecesaria y le quita sustancia a una trama que se queda en una sucesión de muertes sin apenas reflexión y apoyo mutuo entre los supervivientes.
La película hay que reconocer que es altamente entretenida y yo no me aburrí en ningún momento. Recomendable, 8/10.
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