3- LA MANSIÓN

-¡Por fin estás aquí John! ¿Qué era aquello que tenías que hacer que has tardado tanto, tío?-dijo él dándose la vuelta e incorporándose de la postura cómoda que había tenido en la verja de la puerta central frontal de la casa.
Tras el chaval apareció de entre las sombras y alumbrada por las luces de las farolas de la calle la figura de Aya, con su típico atuendo para "las situaciones".

No es que le gustara ni le desagradara la chica, sino que pasaba de ella, nunca habían discutido ni había habido enfrentamientos entre ellos. La veía una mimada que se hacía la inocente para intentar caer bien a la gente pero él sabía que con él no lo conseguiría.-"Conozco a las de su clase"-se decía asimismo.
La tos le había vuelto de golpe, otra vez. Eran momentos que quería morirse, total, tampoco es que fuera muy importante. Se torció hacía delante apoyándose una mano en su estómago y la otra en una barra oxidada de la puerta mientras tosía fatídicamente.

-¿Estás bien, T..?-le dijo Aya mientras le posaba una mano sobre el hombro.
Con un brusco gesto involuntario le apartó la mano y le con tono áspero, desierto de cariño:
-No me toques-tosió un poco más, se apartó el pelo y escupió a un lado.
-Ehhmm....buenoooo...a ver chicos no pasa nada, ¿vale? No hace falta ponerse así.-intervino el resolutivo John.
Rápidamente y como si hubiera tocado un pincho, retiró su mano del joven. Sabía que era raro en el instituto y en su clase no era muy hablador, le gustaba ir a su rollo, pero sabía que podía llegar a ser muy agresivo, por un altercado que ocurrió ya hace tiempo en el instituto...
----------------------------------------
-Te dije que traería compañía, Tom. Es de fiar...bueno, ¿has conseguido forzar la entrada?-le preguntó John.
El nombrado miró de arriba a bajo a la joven con cierto desagrado mientras ella le dedicaba un gesto serio y confuso.
-No, es muy cantoso por la parte delantera, mejor infiltrarnos por la parte de atrás., ya lo he preparado.

2 minutos más tarde estaban atravesando una verja que mostraba evidentes signos de haber sido forzada con una herramienta.
-"Si John la ha traído será por algo, por ahora me dedicaré a observarla, a ver cómo se desenvuelve ahí dentro"-pensó Tom mientras pasaba su amigo por el agujero y le cedía el paso a Aya.
-Vale, ya podemos entrar por la puerta principal, no creo que deba estar muy cerrada.-comentó Tom al grupo mientras se dirigían al lugar nombrado.

La mansión estaba ubicada en la parte trasera y central a la vez, de una gran parcela. 
Delante de la casa había un caminito pequeño hecho de hormigón que iba desde la verja principal de la fachada hasta la entrada de la casa, la cuál empezaba con un pórtico. En sus inicios la parte delantera había estado cuidada y aquellos frondosos árboles daban unos jugosos frutos. Ahora pertenecía a un pasado que ya pocos conocían, desde hace unos años el abandono y la dejadez habían hecho mella alimentado el ya crecido bosque que se erguía.
El camino estaba cubierto de ramas y maleza. Los árboles se habían asalvajado y visto desde la noche parecía un paraje terrorífico, como la entrada al mismísimo infierno. 
Por otro lado, la parte trasera era muy simple, unas pequeñas instalaciones y un sencillo (y ahora descuidado) jardín retocaba el terreno. El caserón era enorme, un palacete típico del siglo XIX que había vivido tiempos mejores.
La entrada delantera tenía en frente suya un escueto aparcamiento con unos tejados improvisados y ahora rotos donde se aparcaban los coches, subían unas escaleras hasta el porche de la entrada, el cuál estaba consumido por el polvo, hojas y una siniestra butaca donde reposaba una palanca oxidada cubierta de suciedad.

Estaba anocheciendo, la caminata desde su casa hasta aquella mansión había durado mucho y tenía que regresar a casa ya, su padre la estaría esperando.
-Chicos, me tengo que ir. Ya es tarde y como sabéis vivo lejos. John, ya conoces a mi padre como es...
-Ok! No hay problema, por lo menos ya nos hemos familiarizado con el entorno. Gracias Tom. Entonces....quedamos mañana a las 16:00h aquí de nuevo ¿vale?
-Vale-dijo Tom
-Muy bien! ¿Quedamos en la abertura trasera?-preguntó Aya
-¡NO!-le cortó fríamente Tom,-llamaría la atención, quedamos en la fuente del parque de Edmond y nos venimos para acá.
Viendo que las relaciones no iban bien, John decidió intervenir.
-Eso es perfecto, Tom. Buena idea, quedaremos allí entonces!-añadió el chico.
-------------------------------------------------------------------------
De camino a casa, Aya iba preguntándose un sinfín de cosas, relacionadas con la casa y, sobretodo, con Tom. No sabía por qué le trataba así. 

Una vez duchada y habiendo terminado el trabajo, comió. Subió a su cuarto, encendió su ordenador y buscó algo de información a cerca de aquel extraño caserón abandonado....

0 comentarios :

Publicar un comentario