En ese momento su móvil sonó de tal forma que la chica se sobresaltó estando inmersa en su trabajo tecnológico.
-¿Quién será?-se preguntó. Cuando agarró el móvil sólo atinó a escuchar un sonido de viento al otro lado de la línea, nada más. De pronto se cortó la comunicación.
-Uhm..qué raro..se habrán equivocado...-pensó la muchacha.
Le quedaba una escasa semana para que se fuera a casa de sus tíos cuando de pronto llamaron a la puerta de su casa:
-¡¡Ya voy!!-gritó mientras bajaba por las escaleras hacia la entrada. Cuando abrió la puerta un chico joven, un poco atractivo y delgado estaba delante suya.
-Hola Aya!!-dijo él un tanto avergonzado, como casi siempre que le pasaba cuando hablaba con ella.
-¿Qué pasa John?-le preguntó mientras él la escaneó de arriba abajo con su mirada descentrada, de pronto, ante una llamada de atención de la joven, el muchacho reaccionó y dijo:
-Eh..sí...mira, Tom y yo hemos descubierto una cosa que te va a encantar-dijo él muy alegre y con una mirada graciosa.
Tras invitarle a pasar a su casa y que le siguiera hasta su habitación, John se sentó en la silla giratoria del estudio de su amiga mientras observaba embelesado aquel pobre ordenador con las tripas abiertas y sus vísceras desparramadas por el suelo.
-¿Estás aquí todavía?
-Yo....eh....
-Va...pero no mires, ¿eh? Que ya me di cuenta cómo te quedaste embobado mirando a Rachel en clase de matemáticas...-Acto seguido se dirigió a su cuarto de baño, cerró la puerta y le dijo mientras se cambiaba: ¿Estás seguro que me lleve mi equipo entero? ¿Tanto es?
-Sí sí, hazme caso....es enorme...Tom se ha quedado en la entrada vigilando esperándonos.-decía mientras se arrimaba hacia la puerta del baño en busca del ojo de la cerradura.
-¿Cómo de vieja, abandonada y en ruinas está? Le dijo abriendo de golpe la puerta provocando que el joven hiciese un esfuerzo para no caerse de espaldas al suelo.
-Es una mansión, Aya. Como....-levantó un poco la vista y se quedó sorprendido.-vaya...nunca te había visto así...-le comentó
-¿Emh? Debe ser esta camiseta, creo que me está un poco estrecha, no importa, me pongo la sudadera y nos vamos, ¿vale? Espérame en el descansillo.
5 minutos más tarde bajó por las escaleras la chica, mochila a la espalda, gorra en cabeza y reloj en mano.
-Wuau...-exclamó John.
-Deja de flipar anda-le dijo en tono burlón.-¡¡Papá, me voy a dar una vuelta, dentro de un rato vendré!!-gritó cerrando ya la puerta tras de sí y saliendo a la húmeda calle.
Desde lejos se oyó un "Vale, cariño"
0 comentarios :
Publicar un comentario