2-JOHN

-mi**da, maldito PC, no arranca...-pensaba en esos momentos Aya mientras estaba arreglando un ordenador en pos de realizar un trabajo para su clase de informática.
En ese momento su móvil sonó de tal forma que la chica se sobresaltó estando inmersa en su trabajo tecnológico.
-¿Quién será?-se preguntó. Cuando agarró el móvil sólo atinó a escuchar un sonido de viento al otro lado de la línea, nada más. De pronto se cortó la comunicación.
-Uhm..qué raro..se habrán equivocado...-pensó la muchacha.

Le quedaba una escasa semana para que se fuera a casa de sus tíos cuando de pronto llamaron a la puerta de su casa:
-¡¡Ya voy!!-gritó mientras bajaba por las escaleras hacia la entrada. Cuando abrió la puerta un chico joven, un poco atractivo y delgado estaba delante suya.
-Hola Aya!!-dijo él un tanto avergonzado, como casi siempre que le pasaba cuando hablaba con ella.
-¿Qué pasa John?-le preguntó mientras él la escaneó de arriba abajo con su mirada descentrada, de pronto, ante una llamada de atención de la joven, el muchacho reaccionó y dijo:
-Eh..sí...mira, Tom y yo hemos descubierto una cosa que te va a encantar-dijo él muy alegre y con una mirada graciosa.
Tras invitarle a pasar a su casa y que le siguiera hasta su habitación, John se sentó en la silla giratoria del estudio de su amiga mientras observaba embelesado aquel pobre ordenador con las tripas abiertas y sus vísceras desparramadas por el suelo.
-¿Estás aquí todavía?
-Yo....eh....
-Va...pero no mires, ¿eh? Que ya me di cuenta cómo te quedaste embobado mirando a Rachel en clase de matemáticas...-Acto seguido se dirigió a su cuarto de baño, cerró la puerta y le dijo mientras se cambiaba: ¿Estás seguro que me lleve mi equipo entero? ¿Tanto es?
-Sí sí, hazme caso....es enorme...Tom se ha quedado en la entrada vigilando esperándonos.-decía mientras se arrimaba hacia la puerta del baño en busca del ojo de la cerradura.
-¿Cómo de vieja, abandonada y en ruinas está? Le dijo abriendo de golpe la puerta provocando que el joven hiciese un esfuerzo para no caerse de espaldas al suelo.
-Es una mansión, Aya. Como....-levantó un poco la vista y se quedó sorprendido.-vaya...nunca te había visto así...-le comentó
-¿Emh? Debe ser esta camiseta, creo que me está un poco estrecha, no importa, me pongo la sudadera y nos vamos, ¿vale? Espérame en el descansillo.

5 minutos más tarde bajó por las escaleras la chica, mochila a la espalda, gorra en cabeza y reloj en mano.
-Wuau...-exclamó John.
-Deja de flipar anda-le dijo en tono burlón.-¡¡Papá, me voy a dar una vuelta, dentro de un rato vendré!!-gritó cerrando ya la puerta tras de sí y saliendo a la húmeda calle. 

Desde lejos se oyó un "Vale, cariño"

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