6 ene 2017

Ghost Photos: The Cursed Images

Título original: 心霊写真
(Shinrei shashin noroito)
aka: Cursed Images
Japón, 2006, Kôta Yoshida





















Esta curiosa producción de baja factura técnica tiene aspectos muy llamativos que la pueden transformar en una especie de joya oculta pero, no apta para todos los públicos. Con esto no me refiero a que tenga escenas desagradables o fuertes, sino a la historia que nos relata, de difícil comprensión pudiendo inclusive, necesitar un segundo visionado. Por lo tanto recomiendo verla con los seis sentidos puestos, sin perder detalle de nada, ya que algunas cosas importantes se van en escenas aparentemente insignificantes.

La historia es el único fuerte del que puede sacar pecho esta cinta. Narra a la perfección su idea de una maldición nacida de un pasado oscuro y terrible, además de otro caso (secuestro de niños) que lo utiliza para confundir al espectador. No entro en más materia por no spoilear y porque al fin y al cabo no tiene mucho contenido que sacar, la verdad. Es una peli que dura poco más de una hora logrando su cometido acertadamente. Eso de dar terror se lo dejo a cada uno, dependiendo si eres una persona muy miedosa o no. Yo desde ya admito que aunque no me he llevado ningún susto, esa atmósfera oscura y turbia que genera el film es harta entretenida, manteniendo el suspense y las ganas por saber lo que sucede a continuación.


Igualmente la narrativa se lleva perfectamente a cabo (considerando las pobres actuaciones de los actores y el bajo presupuesto que denota la peli), destacándose sobre el resto de factores (aspectos técnicos más que nada). De hecho la complejidad narrativa que presenta “Ghost Photos” me ha recordado a las famosas producciones del maestro Takashi Shimizu, Ju-On. No porque te den una idea desordenada en el tiempo y tengas que armarla como si de un puzzle se tratara, sino porque aquí juega con la protagonista (la película está enfocada desde su perspectiva y esto lleva a una mejor inmersión) y si a ella le confunde algo ti, también.

Lamentablemente y como antes cité rápidamente, las actuaciones dejan que desear para los estándares argumentales tan altos que tiene la obra. Tenemos un repertorio de gesticulaciones o caras de lo más raras (sobre todo por la protagonista Toshiko e interpretada por Yuki Terada) cuando no, falta de emotividad en una situación triste (descartar esos llantos totalmente forzosos del padre). Quizás de entre todos, el personaje de la madre (Sachiko Matsuura) es quién mejor se mete en su papel, ganándose la segura antipatía por el público por el personaje que interpreta.
En lo personal la maldición con ese toque a lo Project Zero le da un buen empuje, aunque se le podría haber sacado mucho más jugo, deja pocos cabos sueltos. Para terminar en los créditos nos deja una preciosa canción, Ameagari no gogo del grupo L-Lulu, que bajo mi propia interpretación cuerda con los sentimientos tristes del fantasma.





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