10 ago 2016

Occult

AÑO: 2009
DIRECTOR: Kôji Shiraishi






















La historia de Okaruto es especial. Para ello nos tenemos que remontar a una de las mejores y más famosas películas del director, Noroi. ¿Y qué tenía de particular? Pues que aparte de no tener a la yurei de turno paseándose por pantalla mostrando su pelo Pantene, era que estaba grabada en formato found footage y daba un miedo que te cagas. Aún recuerdo que la noche en que la vi me costó conciliar el sueño. Viendo el director que el experimento-Noroi le había sido un pelotazo quiso aprovechar el empujón y dirigió dos cintas con la misma temática: Occult y Shirome.


Si bien es cierto que aunque no guarda una relación estrecha con la misma mitología que Noroi, este filme se las apaña muy bien, causando ese terror psicológico y miedo a lo desconocido que en nuestros días tanto se ha olvidado. La cinta nada más que empieza llama poderosamente la atención: estamos en un parque natural donde unas amigas se están grabando con una videocámara y de pronto, apreciamos cómo esa paz se esfuma mostrando a un grupo de gente huyendo y gritando de algo y PUM! Corre título:

 Bajo esa interesante puesta en escena, veremos cómo tres años después de lo ocurrido un equipo de investigación liderado por Kôji Shiraishi (sí, hace a la vez de director cómo de actor) quiere ahondar en el tema. Bien, hasta aquí podríamos sacar el resto pero estoy más que seguro que nadie acertaría. Esto lo digo porque la cinta es un punto y aparte dentro del género de metraje encontrado y dentro del terror japonés. Además que lo último ya lo había conseguido el artista tras su ya mencionada Noroi.

Como cualquier investigación que se haga hay que hablar con los testigos y/o víctimas del siniestro, y en nuestro caso, el equipo interroga a todas y cada una de las personas que aparecieron en la grabación, hasta que dan con un tipo que les llama mucho la atención. El filme tal y como ya nos mostró Noroi: The Curse, se torna extraño en el sentido que no sigue una línea recta y hay que prestar MUCHA atención a los detalles y acontecimientos, pues más tarde o temprano reaparecerán.
La ya comentada investigación que se torna hasta personal, está muy bien cuidada y dirigida. 

Respecto a las actuaciones, a mencionar la del protagonista central “Shôhei Uno” y la del propio director (Shiraishi) a la par del cameo que hace el famoso Kiyoshi Kurosawa, en el papel de experto en piedras místicas. Y sí, otra vez me repito, “al igual que en Noroi” la susodicha investigación es un juego de buscar la siguiente pista, todo ello entornado en una atmósfera rara, inhóspita y perturbadora.

Uno de los mejores puntos que tiene la peli es que juega con el espectador, confundiéndole ficción y realidad en muchas ocasiones casi a la par, tirándole abajo muchos esquemas. Hay filmes que intentan eso pero fracasan estrepitosamente en el intento, Occult ya les digo que no.

Lo mejor: Una novedad en el Asian-Horror y su narrativa, además de tener una música tan terrorífica por momentos que te deja torcido. El final.

Lo peor: Los efectos especiales por ordenador. Si vas buscando una “Noroi 2” te desilusionará.

Recomendada al 100%





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